Página:El Robinson suizo (1864).pdf/344

Esta página ha sido corregida


CAPÍTULO XLVIII.


Alfareria.—Contruccion del caiak.—Gelatina de algas marinas.—Conejera.


Claro está que teniendo como tenia cuatro hijos y hallándose uno solo con sombrero nuevo, los otros tres no querian ser ménos, y así no hubo más remedio sino tratar de que todos quedasen iguales. Prometí complacerles, con tal que corriese de su cuenta el proporcionar el material necesario, advirtiéndoles que al buscarlo recogiesen cardos ú otra planta parecida para pulir debidamente el fieltro. En seguida les proveí de ratoneras por el estilo de las que se hacen en Europa para coger ratas, nutrias, raposas y otros animales, de tan sencillo mecanismo, que sólo constaban de dos paletas cortas de hierro que al menor movimiento juntábanse por sí mismas, sugetando por el cuello al animal goloso que tenia la imprudencia de acudir al cebo que contenian las trampillas. Este cebo variaba segun la alimaña á que estaba destinado: para los animales terrestres y roedores, era la zanahoria de Europa, y para los acuátiles usábamos de una especie de sardina muy comun en nuestras costas, y cuya carne aprecian mucho los aficionados á la pesca. Por via de broma y para recompensar algun tanto mi trabajo y el privilegio de la invencion, previne á los niños que de cuantos bichos cayesen en las ratoneras me reservaba la quinta parte como exclusiva propiedad.

Aceptaron los niños el trato á excepcion de Franz, el cual me preguntó si teniendo ya sombrero propio debia ó no someterse al tributo, á lo que le respondí que era más noble agradecer un servicio que trabajar por merecer recompensa. Lo primero, añadí, debe considerarse como cumplimiento de un deber, miéntras que lo segundo es una especie de virtud.

Dispuestas las emboscadas, la caza fue segura y abundante, y en poco tiempo los niños me presentaron una cantidad respetable de ratas que habian caido en el garlito. Las más pertenecian á la especie que llaman ondatras ó ratas almizcleras, con cuyo motivo tuve ocasion de examinar á tan industriosos animales,