Página:El Robinson suizo (1864).pdf/306

Esta página ha sido corregida
273
CAPÍTULO XLIII.

cia, pues á pesar de lo que has leido afectas ignorar que hay tortugas de tierra y de agua dulce de la familia de esta, que no sólo se encuentran en charcos como el que ves, sino en estanques y jardines, destinadas á limpiarlos de caracoles, ortugas y otras mil clases de insectos.

—Siendo así, añadió Ernesto, llevemos unas pocas á mamá para que desempeñen el mismo oficio en la huerta, reservando una para el gabinete de historia natural.

El chacal continuó en su operacion de escarbar la tierra, y en un instante nos encontrámos con doce tortugas, que metí en el zurron. Federico reiteró su pregunta sobre las diferentes especies de tortugas.

—Estas, dije, se crian ordinariamente en las llanuras, ya secas, ya pantanosas del Cabo de Buena Esperanza. Durante el rigor del estío, cuando el sol convierte en vastos arenales aquellos campos, cubiertos ántes de vegetacion, las tortugas se soterran en la arena á bastante profundidad, saliendo cuando sobrevienen las lluvias y con ellas el frescor de la temperatura. Sucede con estos animales lo que con otros varios de Europa, que pasan parte del año ocultos bajo la tierra. Las ranas viven durante el invierno sumergidas en el cenagoso fondo de las lagunas, y ¿quién ignora que las marmotas en nuestras montañas se seputan miéntras dura la mala estacion en lo más profundo de sus vivares, durmiendo todo ese tiempo?