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EL ROBINSON SUIZO.

—Estas masas que tenemos delante, proseguí, forman, como ves, columnas ó prismas de seis faces. La tierra fina y casi tamizada sobre la que descansan, las sirve, por decirlo así, de alimento, y propiamente hablando, son la base del cristal y no el cristal mismo. Encima van aglomerándose las capas trasparentes que ya has visto en Europa, las cuales exigen grande habilidad para extraerlas. La violencia al arrancarlas determina en el interior del cristal una especie de opacidad que crece por momentos y produce la oscuridad que notas en el trozo que tienes en la mano. Entónces se llama cristal opaco. Para extraer el cristal primitivo de las moles empañadas que aquí ves, es preciso arrancar trozos considerables como lo habrás observado en los museos de nuestro país. En una palabra, es preciso comenzar por desprender estas masas petrificadas ántes de despojarlas del cristal puro y trasparente que contienen.

—Pues entónces, añadió Federico con visos de menosprecio, conozco que acierta V. al asegurar que este descubrimiento, que yo creia á lo ménos otro Potosí, de poco nos servirá, como no sea para enriquecer nuestro museo, añadiendo á las maravillas que ya contiene este pedrusco.

Excitóse la curiosidad del niño con lo que acababa de decirle tocante al cristal de roca, segun pude colegir de sus esfuerzos por darse cuenta de los milagros que la naturaleza le presentaba. Le enseñé además que los cristales se formaban de las emanaciones del agua, que adhiriéndose á la superficie de la roca se coagulaban, y con el tiempo concluian por adquirir una dureza mayor que la de los metales [1]-

—En nuestras montañas de Suiza, añadí, se encuentran cristalizaciones en estado intermediario, delgadas y maleables, que atestiguan las diferentes fases por que atraviesan hasta llegar á su completa solidez. Los antiguos consideraban el cristal de roca como un pedazo de hielo endurecido; pero la ciencia moderna ha ido más léjos, pues lo ha estudiado en su mismo orígen y formacion, llevando sus investigaciones hasta el punto de que ya no sea la casualidad, como ántes sucedia, la que haga descubrir una mina de esa especie, sino que se va sobre seguro y de antemano se fija el sitio donde se encontrará. El cristal de roca es en grande lo que las piedras preciosas en pequeño; ambas son riquezas naturales, en las que por largo tiempo no ha encontrado el hombre sino objetos de lujo y vano adorno; pero ya van comenzando uno y otros á pagar su tributo á la ciencia. El arte ya está en disposicion de modelar á su placer el cristal de roca, y de tan dura materia saca instrumentos preciosos, que son otros tantos auxilia-

  1. El cristal de roca que se cita es el cuarzo hialino primitivo, que escasea bastante, así como el prismático, que rara vez se encuentra entero y perfecto. Estos cuarzos no forman montañas, hallándose esparcidos por la tierra, y entrando en la composicion de gran número de rocas que desempeñan uno de los papeles principales en la constitucion del globo. Comunmente su superficie está cubierta de una capa de color de orin que oculta su trasparencia, la cual es fácil separar. (Nota del Trad.)