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INTRODUCCION.

filantropía y sea al propio tiempo un código de educacion física, moral é intelectual ilustrado por la ciencia.

El Robinson suizo el señor Wyss es el Robinson en familia. En vez del obstinado y temerario marino que á brazo partido lucha con la muerte en fatigosísima agonía, cautivarán nuestra atencion un padre, una madre y hermosos hijos de diferente edad é índole, sin que nunca decaiga el interes por la variedad del cuadro, ántes bien subiendo de punto la constante simpatía que á cada paso esta familia inspira. La combinacion del autor cambia la economía de la fábula y nos traslada del sepulcro abierto que aguarda á un aventurero, á la misma cuna de la sociedad humana, mostrándonos cómo se forman los pueblos alumbrados por la antorcha de la fe y sabiduría divina, y auxiliados por los milagros de la Providencia. La isla de Robinson nos parece cada vez más grande y capaz para estudiar los adelantos de una civilizacion rápida que en su conjunto abrace los períodos todos de la grandiosa historia del mundo.

El Robinson suizo es uno de esos doctos varones que han estudiado mucho con el único y loable objeto de instruirse, y á quienes la imperiosa necesidad de la indigencia, reguladora de la voluntad, obliga á poner en práctica las teorías. Por eso tiene sobre el hombre en estado natural é inculto la inapreciable ventaja de la instruccion; como nuestro primer padre Adan, conoce las cosas por sus nombres y propiedades, maravillosa facultad que en su primitiva creacion gozaba nuestra especie, y que perdió por su caida y degradacion, sin que pueda recuperarla sino lenta é imperfectamente, recogiendo uno por uno los descubrimientos y nociones que en su progresiva senda nos van legando las generaciones que á no volver pasan. En cuanto cabe á la inteligencia humana, nuestro Robinson tiene ya adelantado ese trabajo. Todo lo que se puede saber, lo sabe; la creacion le revela sus misterios, y acompañada esta ciencia é hija de un espíritu juicioso, humilde y sumiso, contribuye á desterrar el vano orgullo y á confirmarle en su fe. Este Robinson tiene esposa é hijos, á quienes forzosamente debe preservar de la intemperie y proporcionar alimento, abrigo, albergue, muebles y utensilios, para que vivan de una manera compatible con sus antiguas costumbres; y todo halo de encontrar en un desierto, alcanzándolo á copia del más rudo y acertado trabajo, á costa de asíduos é incansables afanes, con ilimitada confianza en la infinita bondad del Señor y dispensador de todas las cosas. Su historia es un epílogo de la del hombre y la sociedad, comprendida en breve espacio y pocos años; en resolucion, es la obra de la humanidad entera reducida á la economía interna de una familia; es el índice ó sumario, digámoslo así, de una vasta enciclopedia redactada por sabios y acomodada á nuestras verdaderas necesidades.

Basta un momento de reflexión para concebir que el plan de Wyss abarca un curso completo de educacion, que el autor va dirigiendo en una sola generacion hasta los límites racionales del progreso, tomada esta palabra en su genuino sen-