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CAPÍTULO XV.

—¡Si parece moyuelo! dijo Ernesto, no dejará de ser bueno el pan que salga de estas raspaduras.

—Vaya, dijo Santiago en el mismo tono, que al fin comerás pan de nabos.

—¡Qué mal huele esto! añadió Franz, que era el que rallaba con más afan.

Su madre, que participaba de la misma prevencion aunque callaba, cuando concluyó los sacos se fué á cuidar de las patatas, con las que contaba más que con el resultado de nuestros esfuerzos. Impasible á las chanzonetas é incredulidad de todos, dije á los niños:

—Podeis reir y burlaros cuanto querais; ya lo veréis despues; pero me extraña que tú (dirigiéndome á Ernesto), que la echas siempre de sabio, seas tambien de los incrédulos, constándote como te consta, que la yuca es una de las sustancias alimenticias más preciosas, puesto que es la base del sustento de una gran parte de la América, y preferida por muchos europeos al pan ordinario. Pero sigamos adelante.

Cuando las raíces quedaron desmenuzadas, llené los dos sacos que mi esposa habia concluido con lo que los niños rallaron. Pero era indispensable una prensa para extraer el jugo de la yuca, que como ya queda dicho, es un veneno activo.

Recordando las que habia visto en los lagares para prensar la uva, hice una cosa parecida. Coloqué en el suelo dos ó tres tablones juntos por bajo de una de las arqueadas raíces del árbol y sobre los sacos de fécula bien cosidos y cerrados, poniendo encima de ellos otro tablon. Hecho esto, de las que teníamos apartadas elegí una viga gruesa y larga, que puse atravesada encima de todo, cuya extremidad adelgacé un poco para que pudiese entrar bajo la raíz que la sujetaba, miéntras que sobre el otro extremo cargué cuantas piedras grandes, plomos, hierro, etc. encontré, lo que hizo inclinar la viga hasta el suelo, formando palanca y apretando los sacos por el medio, en términos que el jugo de la yuca brotaba á chorros por todos los poros de la tela, quedando reducido el volúmen de los sacos á ménos de la tercera parte. Asombrados quedaron los niños al presenciar el poderoso efecto y resultados de esta operacion mecánica.

—Yo creia, dijo Ernesto, que la palanca no tenia más uso que levantar peso ó mover cosas de gran volúmen.

Para responderle le demostré que la presion es consecuencia natural de esa misma propiedad de la palanca, pues si la raíz hubiese sido ménos fuerte, aquella la hubier arrancado de cuajo, y su resistencia es lo que ha producido tal efecto.

—Los salvajes, proseguí, que no conocen aun los efectos de esta potente aunque sencilla máquina, para extraer de la yuca el jugo pernicioso que contiene, despues de bien majada la meten en cestones de corcho, más largos que anchos, y á fuerza de llenarlos y apretarlo, por la tension de la corteza llegan