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número de individuos de esta especie que perseguían activamente a los Formícidos [Hormigas] alados, que en grandes nubes revoloteaban en los aires.

Había llovido el dia anterior, la atmósfera permanecía aún cargada de vapores, y el calor era bastante considerable. Los mencionados Himenópteros abundaban por esta razon, y poblaban los aires otros insectos; de manera que los Ñacundás contaban con alimento sobrado para llenar su insaciable estómago. Hubiérase pensado, al ver tantos reunidos, que no habia quedado ninguno sin acudir al lugar del festin, el cual ocupaba un espacio de varias cuadras cuadradas.

La talla de estas aves, la manera de volar, y hasta la distribucion general de los colores podría hacerlos confundir, á primera vista, con «Teruteros» (Vanellus cayennensis Cuv.) mas un ligero exámen basta para distinguirlas cuando vuelan, y es imposible equivocarse si se las ve en tierra.

Durante las noches de luna véselas revolotear un momento con mayor velocidad que durante el dia. Entónces su vuelo es sumamente rápido y sus movimientos muy violentos. Es probable que esta diferencia reconozca por orígen la que hay entre la marcha lenta de una columna de Formícidos y los zigzags velocísimos de los Lepidópteros nocturnos, que deben formar su presa durante la noche. Detienense de cuando en cuando en los sitios desnudos, para proseguir luego su cacería, y al abandonar el suelo lanzan un grito breve y monosilábico.

Coinciden perfectamente estas observaciones con lo que refiere el príncipe de Neu-Wied, el cual dice que, durante el mes de Febrero, vió en Bahía [Brasil], á la hora en que el calor era mas intenso, muchos Ñacundás que revoloteaban en torno del ganado y se posaban frecuentemente en tierra. Justifican al propio tiempo el nombre específico [diurnus] que este célebre ornitólogo dió á este pájaro.

En cuanto á su reproduccion no poséo ningun detalle. El único que haya descrito el huevo del Podager Ñacundá es el Dr. Burmeister. Dice este eminente naturalista que es de forma oval alargada con muchas líneas apizarradas.

En la obra de Azara [Apuntamientos para la historia natural de los páxaros del Paraguay y Rio de la Plata] no se en-