ner que se trataba de individuos albinos nos parecía poco razonable, dada la frecuencia con que se encuentran dichos avestruces blancos, y la circunstancia de asegurársenos con insistencia que era una especie diferente del comun y del «petizo» (Pt. Darwinii). Por consiguiente, nos inclinábamos á creer que se trataba simplemente de individuos de la última especie, pálidamente coloreados.
Mas he aquí que, habiendo emprendido una corta expedicion por el rio Lujan, llegamos, el 7 del próximo pasado mes de Marzo, á la estancia del Sr. D. Juan Pineda, comprendida en el partido del Pilar y situada en la costa de aquel rio, y que en ella se nos proporcionó la muy feliz ocasion de examinar dos ejemplares del avestruz blanco, un macho adulto, segun nos aseguró el Sr. Coronel Nadal, y un pollo bastante pequeño.
Desgraciadamente no pudimos observar el ejemplar adulto sino á cierta distancia, y tuvimos que contentarnos con redactar una breve diagnosis, en la cual, por falta de la necesaria preparacion, dejamos de anotar cómo están dispuestas las escamas tarsales. Con todo, la facies del ave indica que entra en el grupo Rhea propiamente dicho.
Semejante descubrimiento, como cualquiera comprenderá, constituye una valiosa adquisicion para la Ornitología; descubrir una nueva especie de Estrutiónido no es acontecimiento que se realice todos los dias. Por esto mismo es probable que nuestra noticia se reciba con cierta reserva y desconfianza, desconfianza y reserva que no tardaremos mucho en hacer desaparecer dando á luz, como hemos prometido mas arriba, una descripcion detallada del individuo adulto perteneciente al Sr. D. Juan Pineda, y, si posible fuere, hasta un dibujo coloreado.
Mr. Darwin parece ser el primero que ha indicado la existencia del ñandú blanco, si bien considerándole como variedad albina del petizo. Con efecto, en la página 121, tomo III, de la obra titulada Zoology of the Voyage of H. M. S. Beagle se encuentra la siguiente nota suya: «Un gaucho me aseguró haber visto una variedad blanca como la nieve ó séa albina, y que era un ave muy hermosa.»
Sensible es que el petizo lleve ya el nombre del ilustre sabio inglés, pues, por la circunstancia de haber sido él quien
