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NUM. 3.
AÑO I.
MADRID, 15 DE FEBRERO DE 1857.


OÑACINOS Y GAMBOINOS
Bandos en Guipizcoa


D

ivididas estuvieron allá en el último tercio de la edad media las provincias vascongadas en parcialidades y bandos. Agramonteses y beamonteses ensangrentaban el suelo de Navarra

geles y negretes el de Navarra la Alta, oñacinos y gamboinos el de Alava, Vizcaya y Guipuzcoa. En Guipuzcoa principalmente fueron estos últimos orígen de crímenes y combates bárbaros. Ni uno ni otro vacilaban en apelar al asesinato y al incendio. Mataban á los niños en el regazo de sus madres, robaban y asolaban las casas de sus enemigos.

¿De dónde procedia tan funesta discordia? Las crónicas vascas no refieren sobre el particular sino consejas. En lo antiguo, dicen, los alaveses y los guipuzcoanos, que pertenecian al reino de Navarra, solian reunirse todos

á cierta iglesia de la frontera de Vizcaya un cirio enorme de ocho y mas arrobas. Acaeció un año que al ir á levantar las andas, querian unos llevarlas en el hombro, otros á mano; oido lo cual por el concurso, en que figuraban personas de cuenta, sonaron pronto voces y gritos contrapuestos. Goien boa, decian unos; oíñez boa, otros, es decir arriba vaya, á pié ó abajo vaya. Creció la porfía, vínose de las palabras á los hechos, corrió sangre y tornaron á sus casas enemigos, los que las habían dejado para hacer una romería y comer juntos sobre la verde yerba de los campos. Llamáronse desde entonces gamboinos los que habian dado la voz de goien boa, oñacinos los que la de oiñez boa; y solo ya despues de siglos de peleas y escándalos pudieron unos y otros acallar sus odios.

De leves causas trae, no pocas veces, orígen una larga serie de sucesos; mas dudamos que las crónicas acierten. Dan por acontecida esta refriega cuando Guipuzcoa era aun Navarra; y ponen á principios del siglo XIV el primer combate formal entre los dos partidos. Guipuzcoa pasó á formar parte de la corona de Castilla el año 1200, ciento y mas años antes. ¿Qué hicieron oñacinos y gamboinos en este largo período? Han existido en Guipuzca familias poderosas de los apellidos de Oñez y Gamboa. ¿No parece mas natural que de ellas hayan tomado nombre y voz de guerra las dos parcialidades? El primero que se denominó Gamboa, contestan las crónicas, fue un don Sancho Perez que vivia en la primera mitad del siglo XIII. Mas en esta época era ya castellana Guipuzcoa; y hay quien ha publicado un documento del año 986 en que aparece clara y distintamente tan famoso apellido.

Bandos como los de Guipuzcoahan empezado en todos los paises por una abierta rivalidad entre linajes que han aspirado á predominar esclusivamente sobre su respectiva comarca. Han sido una consecuencia obligada del feudalismo, y han durado mas y tenido mayor fuerza donde mas débil ha sido la accion de los monarcas. Guiuzcoa, bien unida á Navarra, bien á Castilla, ha vivido urante la edad media con una independencia poco menos que absoluta. Situada en la frontera de una nacion poderosa, ha buscado y querido en los reyes, no soberanos, sino auxiliares eficaces contra las invasiones esteriores. Ni ha consentido en pagarles tributo, ni dándoles contra su propia voluntad soldados, ni admitídoles de le altas asi en ella de todo freno las familias privilegiadas, pudieron esplayar libremente sus pasiones: ¿era tan difícil que se dividiesen y estuviesen por siglos en constante guerra?

Conviene fijarse bien en que los autores y provocadores de todos los conflictos entre oñacinos y gamboinos fueron siempre los nobles conocidos con el nombre de parientes mayores de Guipuzcoa, que no llegaban á treinta. ¿Qué eran esos parientes mayores sino barones feudales? Tenian sus casas fuertes, convocaban por autoridad propia sus deudos, allegados y adherentes, y corrian la provincia intentando arrancar por la violencia lo que no se les concedia de buen grado. Se duda hoy que pudiesen hacer levas entre la gente de su señorío: mas ¿fundadamente? Las cartas en que los reyes de Castilla á fines del siglo XV ordenaron que ningun pariente se atreviese á tales llamamientos, ni ningun guipuzcoano á obedecerlos, corroboran plenamente que con derecho ó sin él obligaban á seguir en sus mesnadas á hombres que no les estaban unidos por lazos de amistad ni vínculos de sangre.

A su pesar ayudaba, sin embargo, el pueblo á los parientes mayores en las revueltas civiles; tanto, que apenas pudo, se alzó bravío contra oñacinos y gamboinos. A ser cierto el orígen que dan á esas parcialidades los cronistas, ¿hubiera nunca sucedido otro tanto? ¿No hubieran existido principalmente los odios entre pueblo y pueblo y no entre familia y familia?

Para que sus de oñacinos y gamboinos no fueron debidos en un prin– cipio sino á zelos, que no dejan de surgir nunca en el seno de aristocracias que no vienen limitadas por el pri

m señaremos ahora una por una sus escaramuzas y batallas? Seria un trabajo tan prolijo como ocioso. ¿Qué los individuos que vencieron y murieron en tan desastrosas luchas?" Bastará para comprender el carácter de ese género de guerra, que citemos las principales jornadas.

Sale á campaña á principios del siglo XIV Martin Lopez de Murua, gefe del bando oñacino, y reta á sus contrarios. Acuden los gamboinos, trábase la pelea en el vado de Uzurbil, y muere el Martin Lopez mientras pasa el vado. Al verle caer del caballo huyen los suyos en desórden y dejan el cadáver en poder del enemigo. ¿No ha de volver por su honor el bando de Oñez? Nueva y mas general batalla en Uzurbil, nuevas desgracias. Sucumben de uno y otro bando los buenos entre los mejores, queda desjarretado Balda el viejo, honra y prez de los gamboinos.

Ved ahora á Juan Lopez de Gamboa saliendo á caballo con los suyos á la luz de la luna. No es ya en un combate donde piensa herir á su adversario. Anda toda la noche y amanece en Marquina. Quema allí á Gonzalo Yañez, quema á dos hijos de Gonzalo, quema á otros ocho hombres, y derriba la casa en que ha encontrado sus víctimas.

Otro Gamboa en el siglo XV se atreve á echar de la villa de Rentería áMartin Sanchez de Ugarte, que era del bando oñacino, y provoca males sin cuento. ¿Por qué fue la discordia? Tenia Ugarte el prebostazgo de la villa, y le queria Gamboa. Pudo mas Gamboa, que desbarató á su rival en dos combates, y fue el preboste de Rentería. Dejamos al lector el comentario.