El Japón tiene razones para estar reconocido á nuestra civilización; le debe mucho, en efecto, pero no todo. El secreto de su fuerza, de la potencia militar que ha adquirido en tan poco tiempo, la debe al Bushido. Esta es una palabra que siempre ha tenido para los japoneses, un sentido sagrado; significa espíritu caballeresco." Solos, en el Extremo-Oriente, más bien desdeñosos de los combates, los hijos del Sol naciente siempre han estado inflamados de ardor guerrero, ya sea bajo una coraza de cuerno, con lanza y flechas, ya vestidos con el uniforme de infantería y armados del fusil Remington, pelean siempre con indomable valor é irresistible ímpetu.
Ante la larga serie de héroes que los contempla, la misma llama belicosa arde en su alma y el mismo fanatismo patriótico les domina.
Otro sentimiento reúne aún en un solo haz, imposible de romper, á toda la nación, y es el profundo afecto que tienen á la familia imperial. Desde el más elevado personaje hasta el aldeano más humilde, todos tienen el mismo respeto, la misma sumisión. No hay una sola voz discordante en todo este pueblo que tiene, para su soberano, un solo corazón y un solo amor. ¿No es esta una situación única, una fuerza sin semejante? Esta es la que hace casi invencible al emperador Moutsu-Hito, el descendiente de Zinmou, fundador, en el año 660 antes de nuestra era, de la