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Una Fiesta en la Corte del Mikado

En los días de fiebre y de inquietud que atravesaba el Japón, apenas estaba dispuesto el Emperador para tomar parte en los regocijos y en las fiestas. Es el espíritu más iluminado, el más serio que se que se ha aplicado por encima de todo para justificar el título del reinado Meidgi: "Gobierno luminoso." Ha abolido muchas fiestas que interrumpían el trabajo y entorpecían la marcha de la nación nipona hacia el progreso y no ha conservado más que tres: la del 10 de enero, la " fiesta de la poesía"; la conmemoración del advenimiento del primer emperador del Japón y la de la proclamación de la nueva constitución que se hace coincidir con la fecha ilustre del 11 de febrero, la cual se celebra sin interrupción desde hace 2500 años, y la tercera es el aniversario del nacimiento del actual Emperador, el 3 de noviembre, que es la fiesta nacional.

Hoy, los soberanos se dejan ver en los sitios públicos. Salen en coche escoltados por una guardia de á caballo. El Emperador viste siempre á la europea, con uniforme de general ó de almirante. Es un hombre de mediana estatura, de hermosa frente pensativa y rostro simpático cuya expresión revela energía y bondad. Es justo, clemente y bienhechor, ama á su pueblo por encima de todas las cosas y sólo se preocupa de la felicidad de sus subditos. Con audacia y prudencia guía y retiene en la nueva vía á esta ardiente nación, tan apasionada por el progreso, y que con tan sincero entusiasmo ha tendido la mano á las naciones de raza blanca de las cuales es, hoy día, aliada.

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