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DON QUIJOTE DE LA MANCHA

persona de calidad y bien nacida. Pidió, en entrando, un aposento; y como le dijeron que en la venta no le había, mostró recibir pesadumbre; y llegándose á la que en el traje parecía mora, la apeó en sus brazos. Luscinda, Dorotea, la ventera, su hija y Maritornes, llevadas del nuevo y para ellas nunca visto traje, rodearon á la mora; y Dorotea, que siempre fué agraciada, comedida y discreta, pareciéndole que así ella como el que la traía se congojaban por la falta del aposento, le dijo:

—No os dé mucha pena, señora mía, la incomodidad y falta de regalo que aquí hay, pues es propio de ventas no hallarle en ellas; pero, con todo esto, si gustáredes de posar con nosotras, señalando á Luscinda, quizá en el discurso deste camino habréis hallado otros no tan buenos acogimientos.

No respondió nada á esto la embozada, ni hizo otra cosa que levantarse de donde sentado se había, y puestas entrambas manos cruzadas sobre el pecho, inclinada la cabeza, dobló el cuerpo en señal de que lo agradecía. Por su silencio imaginaron que sin duda alguna debía de ser mora, y que no sabía hablar cristiano.

Llegó en esto el cautivo, que entendiendo en otra cosa hasta entonces había estado; y viendo que todas tenían cercada á la que con él venía, y que ella á cuanto le decían callaba, dijo:

—Señoras mías, esta doncella apenas entiende mi lengua, ni sabe hablar otra ninguna sino conforme á su tierra, y por esto no debe de haber respondido ni responde á lo que se le ha preguntado.

—No era preguntarle cosa ninguna, respondió Luscinda, sino ofrecelle por esta noche nuestra compañía y parte del lugar donde nos acomodaremos, donde se le hará el regalo que la comodidad ofreciere, con la voluntad que obliga á servir á todos los extranjeros que dello tuvieren necesidad, especialmente siendo mujer á quien se sirve.

—Por ella y por mí, respondió el cautivo, os beso, señora mía, las manos, y estimo mucho y en lo que es razón la merced ofrecida; que en tal ocasión, y de tales personas como vuestro parecer muestra, bien se echa de ver que ha de ser muy grande.