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DON QUIJOTE DE LA MANCHA

comedimiento, dijo que quería reposar un poco, en tanto que Anselmo volvía. Camila le respondió que mejor reposaría en el estrado que en la silla; y así le rogo se entrase á dormir en él. No quiso Lotario, y allí se quedó dormido hasta que volvió Anselmo, el cual, como halló á Camila en su aposento y á Lotario durmiendo, creyó que, como se había tardado tanto, ya habrían tenido los dos lugar para hablar y aun para dormir, y no vió la hora en que Lotario despertase para volverse con él fuera y preguntarle de su ventura.

»Todo le sucedió como él quiso. Lotario despertó, y luego salieron los dos de casa, y le preguntó lo que deseaba, y le respondió Lotario que no le había parecido ser bien que la primera vez se descubriese del todo, y así, no había hecho otra cosa que alabar á Camila de hermosa, diciéndole que en toda la ciudad no se trataba de otra cosa que de su hermosura y discreción, y que este le había parecido buen principio para entrar ganando la voluntad y disponiéndola á que otra vez le escuchase con gusto, usando en esto del artificio que el demonio usa cuando quiere engañar á alguno, que está puesto en atalaya de mirar por sí: que se transforma en ángel de luz, siéndolo él de tinieblas, y poniéndole delante apariencias buenas, al cabo descubre quién es, y sale con su intención, si á los principios no es descubierto su engaño. Todo esto le contentó mucho á Anselmo, y dijo que cada día daría el mismo lugar, aunque no saliese de casa, porque en ella se ocuparía en cosas que Camila no pudiese venir en conocimiento de su artificio.

»Sucedió, pues, que se pasaron muchos días que, sin decir Lotario palabra á Camila, respondía á Anselmo que la hablaba, y jamás podía sacar della una pequeña muestra de venir en ninguna cosa que mala fuese, ni aun dar una señal de sombra de esperanza; antes decía que le amenazaba que si de aquel mal pensamiento no se quitaba, que lo había de decir á su esposo.

»—Bien está, dijo Anselmo; hasta aquí ha resistido Camila á las palabras; es menester ver cómo resiste á las obras: yo os daré mañana