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DON QUIJOTE DE LA MANCHA
con procurar perderme, hacer contenta su voluntad, y será ejemplo á los por venir de que á mí solo faltó lo que á todos los desdichados sobra, á los cuales suele ser consuelo la imposibilidad de tenerle; y en mí es causa de mayores sentimientos y males, porque aun pienso que no se han de acabar con la muerte.»
Aquí dió fin Cardenio á su larga plática y tan desdichada como amorosa historia; y al tiempo que el cura se prevenía para decirle algunas razones de consuelo, le suspendió una voz que llegó á sus oídos, que en lastimados acentos oyeron que decía lo que se dirá en la parte cuarta desta narración; que en este punto dió fin á la tercera el sabio y atentado historiador Cide Hamete Benengeli.