Página:El Imperio Jesuitico - Leopoldo Lugones.pdf/86

Esta página ha sido validada
— 84 —

carecía realmente de fuerza militar y económica para imponerla; los intereses eran distintos y aún adversos en las diferentes regiones; la raza y el idioma se encontraban en el mismo caso. Nada común tenían fuera de la religión, y á ella decidió apelar el monarca para realizar sus designios. La Inquisición llegaría con esto al máximum de poderío como instrumento fiscal.

Pero el sueño universalista no residió inútilmente en la cabeza del siniestro Habsburgo, de tal modo que su propósito tuvo por complemento la unificación «cristiana» de la Italia, la Francia y el Portugal.

Era un pensamiento político grandioso, pero anacrónico, y así no ocasionó consecuencias sino en el orden interno y bajo la faz religiosa, por ser la religión su inspiradora.

La conquista espiritual fué su producto, al haberse vuelto imposible la conquista política hacia la cual se marchaba secundariamente, y el gobierno adoptó en definitiva su ideal teocrático.

Semejante final se preparaba desde muy antiguo, pues ya Alfonso el Batallador había fundado en su época más de quinientas iglesias y dotado