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ante otras formas sociales sufriendo iguales derrotas.

La conciencia se amplía adoptando este concepto crítico, en el cual no tiene cabida la intolerancia peculiar á los principios absolutos; y sustituye la severidad clásica del historiador antiguo, con la bondad, más simple y más humana.

Sociedad que padeció y ha caído con su mundo de dolores á cuestas, no merece por su retardo el desdén de las venideras, cuando si éstas andan mejor, hallando menos espinas en la ruta, es porque la otra al dejarla se las llevó pegadas á los pies.

Cuando uno piensa en lo que padecieron, en lo que trabajaron, de qué modo han creído y á qué fin han marchado aquellas colectividades anacrónicas ahora, ve á la humanidad repetida en una eterna regeneración. Esos combatieron por la vida como nosotros; su ideal fué un momento la forma próspera, con la cual dominaron la inmensa hostilidad latente que el universo opone al dominio de su animálculo racional; sus pasiones, al igual que las nuestras, buscaron el placer sin gozarlo nunca, como rebaños muertos de sed antes