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una historia completa. Aquel fugaz imperio, quizá soñado por sus autores como una teocracia antigua, con su David y su Salomón, pasó por todas las crisis desde la conquista hasta el fracaso; hizo floreeer una política que enredó en su trama á dos naciones; organizó la vida civil, en forma como no la veía el mundo desde las más remotas civilizaciones asiáticas; realizó la teocracia, en admirable rebelión contra el progreso de los tiempos y de las ideas; conglomeró en sociedad, con imponente esfuerzo, aquel hervidero de tribus cuya dispersión inorgánica parecía inhabitarlas para toda jerarquía-errando mucho aunque acertando asaz; conato si se quiere, pero valentísimo; esbozo á buen seguro, mas de proyecto enorme, donde no flaqueó el esfuerzo sino el ideal en pugna con la vida; y ni el estrago de la guerra le faltó para que sus restos conservaran el sello de todas las grandezas humanas, comunicando una especie de épica ternura á aquellos escombros velados por la selva compasiva, cuyos rumores son el último comentario de una catástrofe imperial.

Hollando tejas y rotas baldosas, anda uno por ellos. Eran fuertes piezas, que revelan una vez más