Página:El Imperio Jesuitico - Leopoldo Lugones.pdf/242

Esta página ha sido validada
- 232 -

«bolas»,[1] macana y honda; pero había algunas provistas de mosquete, sable y rodela. La caballería manejaba carabina y lanza. Cada pueblo tenía sus fortificaciones y una armería con su dotación determinada, existiendo orden para que se fabricara en cada uno cuanta pólvora se pudiese. No faltaba la artillería de hierro y de bronce; y se hizo venir de Chile, PP. que habiendo sido militares, instruyeron tácticamente á los indios. Existían autoridades expresamente nombradas para el caso de guerra, y un servicio especial de vigilancia sobre la margen oriental del Uruguay. Produjeron hasta generales indígenas, como José Tiarayú, más conocido con el nombre de Sepé, y Nicolás Languirú, á quien los enemigos de los jesuítas llamaban Nicolás I, rey del Paraguay. Ambos indios lucharon y murieron en la rebelión de 1751, que más adelante conocerá el lector. Todo varón hacía ejercicios militares los domingos, desde la edad de siete años, siendo castigada con multa y prisión su falta. Una vez al

  1. La Academia no trae nuestra acepción, que denomina así al arma arrojadiza compuesta de tres guijarros unidos por cordeles.