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ten restos de un vasto drenaje, tendiente á convertir una extensión de terreno anegadizo en campo de pastoreo; mas me inclino á creer que esto no pase de una conjetura.

La población estaba casi uniformemente distribuída en los pueblos del Imperio, pudiendo fijarse á cada uno un promedio de 3.500 habitantes; pero Yapeyú, su capital, alcanzaba á 7.000 y Santa Ana llegó á tener cerca de 5.000. Este promedio no abraza sino los dos puntos extremos comprendidos en el siglo XVIII, cuando las Misiones habían alcanzado su definitiva estabilidad, es decir los 117.488 habitantes que tuvieron en 1715, con los 104.483 á que habían descendido en 1758, diez años antes de la expulsión; pues como dije en otro lugar, la última época señaló en esto una decadencia. El máximum fué alcanzado en 1743, con 150.000. Poseyeron las reducciones una organización militar completa, autorizada por la Corona para que se defendieran de los mamelucos. Táctica y armamento, eran un término medio entre los procedimientos civilizados y las costumbres salvajes. Dividíanse las fuerzas en infantería y caballería. La primera usaba arco y flechas;