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rivales; y el Evangelio le daba un admirable estandarte, para garantirle la consideración de las dos.

La relación con el Perú, que no podía ser abandonada enteramente, quedó secundaria, no obstante, sobre todo en la primera época y mientras se constituía un poderoso centro de operaciones; pero nunca fué abandonada en absoluto. Era también una posesión de la orden, cuya frontera convenía frecuentar.

Compusieron la primera misión al Paraguay, los PP. Soloni, Ortega y Fildi. El primero era un veterano de las misiones. Ya en 1576, acompañando á su maestro, el P. Gaspar Tulio Brasiliense, había fundado entre los tabayaras la reducción de Santo Tomé. A aquellas fundaciones se agregaron, hasta 1577, la de San Ignacio entre los surubís y la de San Pablo en la costa del mar, vecina al río Sergipe. Llevaba, pues, el referido sacerdote, catorce años de predicación en el Brasil, donde fué ordenado. Sus compañeros entraron hasta la

Guayra, y allá, en unión con los PP. Barzana, Lorenzana y Aquila, que llegaron del Tucumán poco después, formaron el primer plantel de reducciones paraguayas.