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instituci6n feudal que prosperó durante casi toda la Edad Media, arraigaba como planta indígena, sin que nada pudiera contener sus abusos, sobre la raza servil é indefensa y sobre el ánimo del conquistador, más regresivo, si cabe, al revivir sus cualidades de paladín en un medio que imperiosamente las suscitaba.

Su incapacidad productiva y su desdén por el trabajo, volvían más pesada la opresión, desde que él se limitaba á mandar siervos: sin colaborar en sus tareas, residiendo aquí su diferencia substancial con el colono.

Quizá habría bastado para contener sus desmanes, un patronato espiritual de los indios; pero la Corona no sabía conciliar, siendo la intolerancia su característica, y los jesuitas eran demasiado absorbentes para resignarse á una participación. El ensayo de teocracia iba á realizarse, pues, con toda amplitud.

Los primeros religiosos que predicaron el evangelio á los guaraníes del Paraguay propiamente dicho, fueron los franciscanos Armenta y Lebrón, que Alvar Núñez halló en Santa Catalina en 1541; pero ya antes dije que los sacerdotes no tuvie-