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ver el lector en el Capítulo siguiente-á pesar de su inmensa marcha; ni las diversas con que se intentó comunicar al Paraguay con el Tucumán á través del Chaco, desde la de Diego Pacheco que lo atravesó dos veces con sólo cuarenta hombres, sin perder uno.

En todas las grandes incursiones de Chaves, se manifestaron así mismo tratables, aconteciendo á propósito un hecho elocuente: Cuando fué enviado á fundar la ciudad de Santa Cruz, quedóse con sesenta hombres únicamente, mientras regresaban á la Asunción sus compañeros descontentos, sin que el escaso número de las fuerzas incitara desmán alguno; y á los que después de fundada aquélla, navegaron el Mamoré y el Marañón hasta salir al Altántico, expedición enorme que puede parangonarse dignamente con la célebre de Pizarro y Orellana por el Amazonas-tampoco les ocurrió percance bélico.

Por último, Felipe Cáceres en su viaje de ida y vuelta al Perú, anduvo cerca de un año por tan vastas selvas sin soportar hostilidad alguna.

Si Ortiz de Vergara se vió obligado á reprimir sangrientamente la rebelión general de los gua-