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Martin Fierro. — 17

En esto la negra vino
Con los ojos como agí—
Y empezó la pobre allí
A bramar como una loba—
Yo quise darle una soba
A ver si la hacía callar
Mas, pude reflesionar
Que era malo en aquel punto,
Y por respeto al dijunto
No la quise castigar.

Limpié el facón en los pastos,
Desaté mi redomón.
Monté despacio y salí
Al tranco pa el cañadón.

Despues supe que al finao
Ni siquiera lo velaron,
Y retobao en un cuero,
Sin resarle lo enterraron.

Y dicen que dende entónces
Cuando es la noche serena,
Suele verse una luz mala
Como de alma que anda en pena.

Yo tengo intención á veces,
Para que no pene tanto,
De sacar de allí los güesos
Y echarlos al campo santo.


VIII


Otra vez en un boliche
Estaba haciendo la tarde,
Cayó un gaucho que hacía a larde
De guapo y de peliador.

A la llegada metió
El pingo hasta la ramada—
Y yo sin decirle nada
Me quedé en el mostrador.

Era un terne de aquel pago
Que naides lo reprendía,
Que sus enriedos tenía
Con el señor Comendante:—

Y como era protegido,
Andaba muy entonao,
Y á cualquier desgraciao
Lo llevaba por delante.

¡Ah pobre! si el mismo creiba,
Que la vida le sobraba,
Ninguno diría que andaba
Aguaitándolo la muerte—

Pero ansí pasa en el mundo,
Es ansi la triste vida—
Pa todos está escondida,
La güena ó la mala suerte.

Se tiró al suelo, al dentrar
Le dio un empeyón á un vasco-
Y me alargó un medio frasco
Diciendo —«Beba cuñao»
—«Por su hermana» contesté,
«Que por la mía no hay cuidao.»

«-¡Ah! gaucho me respondió,
«¿De qué pago será crioyo?—
«¿Lo andará buscando el hoyo?—
«¿Deberá tener güen cuero?
«Pero ande bala este toro
«No bala ningún ternero.»

Y ya salimos trensaos
Porque el hombre no era lerdo,
Mas como el tino no pierdo,
Y soy medio lijerón,
Le dejé mostrando el sebo
De un revés con el facón.

Y como con la justicia
No andaba bien por allí,
Cuanto pataliar lo vi,
Y el pulpero pegó el grito,
Ya pa el palenque salí
Como haciéndome chiquito.

Monté y me encomendé á Dios,
Rumbiando para otro pago—
Que el gaucho que llaman vago
No puede tener querencia,
Y ansi de estrago en estrago
Vive llorando la ausencia.

El anda siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido,
No tiene cueva ni nido
Como si juera maldito-
Porque el ser gaucho... barajo,
El ser gaucho es un delito.