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XLVI — Juicios críticos.

con el contacto de la civilización que empieza á extenderse en la campaña. Martin Fierro, es una leyenda de coloridos tan naturales y patéticos, tan rica de novedad, tan filosóficamente historiada la vida errante del gaucho, tan llena de fuego y de pasión como de ternura y sentimiento, que viene á colocar á su autor entre los primeros poetas argentinos.

Porque el Martin Fierro es, á nuestro entender, una joya literaria que está destinada á embellecer nuestras bibliotecas.

Pero no siendo nuestro ánimo hacer la crítica del precioso libro de Hernandez, vamos á volver al punto de partida.

Con todo lo que se relaciona con nuestra naciente literatura, somos como el avaro ante su tesoro, le damos la importancia de nuestra codicia nacional, de nuestro amor á lo bello, de nuestra fé en los triunfos futuros de la inteligencia argentina.

Por esto hablamos con entusiasmo de Martin Fierro.

Y este legítimo entusiasmo se exalta mas cuando vemos lo bien que ha sido recibida esta obra en el extrangero.

El autor de Martin Fierro se le distingue en Nueva-York, dándole un lugar preferente en una Asociación Literaria.

En un periódico español se reproduce su obra haciéndole los más justicieros encomios.

En París están publicando en el popular «Correo de Ultramar» el Martin Fierro, honor que pocos trabajos literarios de la República Argentina han alcanzado.

De Norte-América han solicitado la adquiescencia del autor para hacer una edición de lujo, cuyo tiraje será de muchos miles.

También se ha pedido el retrato de Hernandez y algunos apuntes biográficos, para que precedan á la obra; reservándose allí hacer el juicio crítico de esa producción del Rio de la Plata.

Con tal motivo, véase lo que dice una correspondencia de Nueva-York, dirigida en Agosto á La Tribuna de Montevideo.

« En algún periódico español, no recordamos bien si de las Antillas ó de la Península, hemos leído por décima vez á Magariños Cervantes en su Celiar.

« A continuación y con un pequeño preámbulo del editor, hemos regalado nuestra imaginación con la lectura de Martin Fierro, por el Sr. D. José Hernandez. Piezas de ese genero, que caracterizan tipos nacionales que han de llevar á la posteridad el retrato fiel é imperecedero de un pueblo, no deberían quedar, según nos informa el preámbulo aludido, archivadas en poder de un círculo de amigos.

« Martin Fierro, primo hermano de Celiar, como la ha bautizado el editor citado, ha despertado el deseo de imprimir seis mil ejemplares en tipo hermoso y papel de lujo, siendo este número el calculado fácil de colocar en los países de lengua española mas inmediatos á este. Para el objeto es necesario la autorización del señor Hernandez ó del poseedor del derecho de publicación.

« Al intercalar esto que es ageno al argumento de la presente correspondencia, lo hacemos para que sirva de aviso á quienes pudiera interesar. Si se quisiera favorecer nuestro proyecto, estimaremos se nos remita propuesta cerrada y rotulada «Equis-New-York» remitiendo el paquete á la oficina de La Tribuna de Montevideo, el cual, no lo dudamos, nos será remitido por esos amables editores.

« Rogamos también, en caso que fuese aceptada nuestra idea, se nos remita una copia fotográfica del autor Sr. Hernandez, y algunos apuntes biográficos de él. Estos dos objetos, contribuirán en mucho al embellecimiento de la obra.

« Hacemos votos por la felicidad del Sr. Hernandez, á quien hemos cedido ya un lugar de preferencia en nuestra asociación Literaria. ¡Que la patria al bendecir su nombre, le entone un himno de admiración!» [1]

  1. La extensa correspondencia de que han sido copiados los anteriores párrafos, es de Nueva York Junio 30 de 1873, y publicada en La Tribuna de Montevideo, el 24 de Agosto del mismo año.