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XXVI — Juicios críticos.

articulista de la Tribuna de Montevideo.

«A Montero cuando concluyó su cuadro Los Funerales de Atahualpa le dijeron en Florencia y por labios muy autorizados, que no pintara mas. Nosotros sin ser mas que admiradores, diríamos a Hernandez, que se perpetúe solo con Martin Fierro.

Nosotros le diríamos por el contrario, que á imitación de Mr. Laserre, aunque Martin Fierro fuese obligado á borrar su nombre como El Diablo Rosado de aquel, sigue su ejemplo publicando El Hijo, El Nieto y El Biznieto de este Diablo Rosado destinado á hacer que no roben al paisano, que no lo traten como á bestia de carga, que respeten en él al ciudadano y al hermano, ya que no al hombre de corazón y al valiente.

Esa es la gran misión de la poesía: la mejora moral. Y por fijarnos solo en el género de la poesía de «Martin Fierro», esa fué la regla de su fundador, que no lo es Ascasubi, como pretende el articulista de La Tribuna de Montevideo, sino Hidalgo, según puede verse por sus bellos versos en la Lira Argentina impresa en Lóndres en 1824, si bien Ascasubi y Estanislao del Campo han cultivado con ventaja al género, lo mismo que hoy Hernandez.

Sí, siga haciendo cuadros como éste, que son la pura verdad en boca de Martin Fierro:

Y andábamos de mugrientos.
Que el mirarnos daba orror;
Les juro que era un dolor
Ver esos hombres, ¡por Cristo!
En mi perra vida he visto
Una miseria mayor.

Yo no tenía ni camisa
Ni cosa que se parezca;
Mis trapos solo pa yesca
Me podían servir al fin...
No hay plaga como un fortín
Para que el hombre padezca.

Poncho, jergas, el apero,
Las prenditas, los botones,
Todo, amigo, en los cantones
Fué quedando poco á poco:
Ya me tenían medio loco
La pobreza y los ratones.

Solo una manta peluda
Era cuanto me quedaba—
La había agenciao á la taba
Y ella me tapaba el bulto—
Yaguané que allí ganaba
No salía... ni con indulto.

Y pa mejor hasta el moro
Se me jué de entre las manos
No soy lerdo.... pero hermano,
Vino el Comendante un día
Diciendo que lo quería
«Pa enseñarle á comer grano.»

...................

¿Quién es el gaucho? He aquí su retrato, por el que cualquiera lo reconoce al momento: he aquí el formidable cargo contra los que han podido y debido tratar á los hijos del país al menos como á los inmigrantes.

«El nada gana en la paz
Y es el primero en la guerra—
No le perdonan si yerra,
Que no saben perdonar,—
Porque el gaucho en esta tierra
Solo sirve pa votar.

Para él son los calabozos,
Para él las duras prisiones.
En su boca no hay razones
Aunque la razón le sobre;
Que son campanas de palo
Las razones de los pobres.

Si uno aguanta, es gaucho bruto—
Si no aguanta, es gaucho malo—
Déle azote, déle palo!
Porque es lo que él necesita!!—
De todo el que nació gaucho
Esta es la suerte maldita.

Complementan el cuadro porción de pinceladas de mano maestra sobre la vida y los sentimientos del gaucho; por ejemplo, entre otras muchas para las que no hay ya espacio en estas páginas;