Página:El Gíbaro.djvu/91

Esta página ha sido corregida
83

Los agusan los rustan
Y si ey día es abansao
Les dan tres ó cuatro granos
De mais medio mascao.

Recortan además las alas, segun la estatura del contrario y el pelear de su gallo, entrando ufanos en la valla ó talanquera: retírase la gente que hay en ella, y puestos en el centro los acercan, teniéndolos en las manos hasta que se pican, y separándolos despues los sueltan; dejando á cada uno sobre una de las dos rayas paralelas hechas en tierra con algunos palmos de intermedio. Empieza entonces la riña, durante la cual los coleadores estan fuera de la talanquera, ó ñangotaos junto á ella.

No hay palabras para pintar la fiereza de aquellos animales: al principio no llegan á picarse, sino que se hieren al vuelo: á estos primeros golpes es á los que llaman tiros bolaos; pero no tardan en comenzar, y cada picotazo va segido de una puñalada, que el contrario evita con destreza, ó recibe con heroico valor; sus cuerpos se cubren de sangre y polvo, pierden la vista, y apenas pueden tenerse; llegando muchas veces á quedar despues de algunas horas rendidos de fatiga, sin que ninguno de los dos haya vencido: á esto se llama entablar la pelea: otras huye uno, muere ó queda fuera de combate, siendo el otro vencedor.

Hay gallos que tienen golpes favoritos; tales como picar á la cabeza del ala, clavando la espuela debajo de ella, dar en el yunque, que así llaman á la nuca,