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EL MIEDO


Me miraste de pronto temblando de pasión,
Y yo transfigurada me agazapé cual una
Leona para echarte garras al corazón.
De pronto cayó nieve. ¿Se licuaba la luna?
Las cenizas! — grité, — las cenizas! Y entonces
Nos quedamos más fríos, más fríos que dos bronces.

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