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Hoy nacieron cuatro rosas purpurinas
Y están en mi cara.
Oro de los cielos puso ruiseñores
En todas las jaulas.


Sangre borbotea, los pies no se apoyan,
La carne es estrecha y el alma rebalsa;
Fluido que ahoga me rodea el cuerpo:
Abierto los poros no retengo el alma.


Oh lástima, lástima!
Tanta primavera que no logra taza
Para ser bebida.
Tanta primavera que no logra llama
Para ser quemada.


Tú ¿dónde te ocultas, tú, que nos has logrado
Todavía telas, redes, cribas, mallas,
Dónde enredarían mis flores azules
Vencidas de amores a dulces palabras?

 

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