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Hallarás un tibio momento de sueño
Bellamente suave,
Tan fino que acaso matarlo pudiera
La puerta que ahora, Dios mío,
Se abre.
Oh no des un paso, llavero, suspende...
Es verdad que aguardo temblando me llames...
¡Mis rosas azules!... ¡Mis cisnes!...
¡Llavero... Llavero... no muevas la llave!
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