Página:El Dulce Daño - Alfonsina Storni.pdf/122

Esta página ha sido corregida

Que vayan con las gibas agobiadas de flores
Camellos y camellos tras la estatua (mi forma)
Pesarosos y lentos los cuadrúpedos de Asia
Se hundirán en la tarde, la mirada curiosa.


Ni un hombre, ni un suspiro, ni un gesto; en el silencio
Mi cuerpo y Dios de frente caminarán a solas...
Hacia el mar, hacia el mar, hacia el mar! Cuando sepa
La estatua ha de moverse a pesar de ser roca.


Oh el cortejo callado, tardo, manso, infinito...
Oh los pétalos blancos, blancos, blancos! La comba
De sus lomos hinchados como tumbas pequeñas
Y la noche que llega germinada de auroras.


Cómo cede el desierto bajo el tardo rumiante!
Cómo gime la noche! Cómo espantan las olas
Gemebundas de arena! Cómo acechan los tigres
Encogidos y quietos... latigueante la cola!


132 —