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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 101

Tanto Juan Egaña como Camilo Henríquez hicieron presentaciones ante el Congreso sobre sus proyectos de reforma a la instrucción pública. Ellas incluían la fundación en Santiago de un gran establecimiento educacional, al que se daría el nombre de Instituto Nacional y para el cual se establecía el currículo correspondiente. La implementación de este plantel en muchos órdenes estaba muy lejos de las capacidades disponibles de la sociedad chilena. Sin embargo, los planes elaborados significaron un punto de partida para las futuras reformas educacionales.


Reorganización de las milicias

Previendo acciones militares de enemigos del proceso político que llevaba el país, el Congreso hizo suya la antigua inquietud de Bernardo O’Higgins sobre la disciplina y el aumento de las tropas. Esta vez no pudo, por su enfermedad, poner personalmente en el primer plano ante el Congreso la necesidad de reorganizar las milicias. La preocupación general era una reacción natural, en especial frente a la actitud altanera y reservada del virrey del Perú y de algunas acciones suyas en relación con Chile [1].


Proyecto de Constitución

El mandato expresado por Juan Martínez de Rozas en la inauguración del Cong reso de dictar una Constitución, se hacía presente entre los congresales a través de la consciencia de la falta de conexión entre todas las refor mas a las que estaban abocados, lo que las impregnaba de un carácter de transitoriedad. Los más preparados para la tarea que estaban cumpliendo entendieron que era necesaria una Constitución, que estableciera un cambio radical y completo de toda la organización política y administrativa, al mismo tiempo, entreg ara un espacio propio y orgánico a cada una de las refor mas ya aprobadas. Se tenía consciencia de la dificultad de la tarea pero, como se señaló en la sección anterior, existía el sentimiento común en la ideología revolucionaria del carácter casi “mágico” de las constituciones, que eran eficaces por sí mismas.

En la sesión del 13 de noviembre, el Congreso comisionó a los Diputados Agustín Vial, Juan Egaña, Joaquín Larraín, Juan José Echeverría y Manuel de Salas para que redactaran “un proyecto de la Constitución que debe regir en Chile su gobier no interior, y sus relaciones durante el cautiverio del rey” [2].

El único proyecto ejecutado fue el de Juan Egaña. No pudo ser presentado al Congreso antes de su disolución, en diciembre de 1811, y fue publicado con modificaciones en 1813, por orden de la correspondiente Junta de Gobierno.

  1. Barros Arana, op. cit., Tomo VIII, pp. 479-482.
  2. Sesiones de los Cuerpos Legislativos, op. cit., Tomo I, pp. 182-183.