Miranda— en que eran mantenidas por el imperio español sus colonias americanas.
Autonomía o independencia
No es necesario insistir sobre la importancia que tuvo Francisco de Miranda en la opción libertaria de Ber nardo O’Higgins. Éste la hizo presente con insistencia. Al contrario, es opinión común en la historiografía chilena que la doctrina política predominante entre los demás revolucionarios en 1810 no iba más allá de la autonomía administrativa, pues eran escasos los que, en su interior, aspiraban a la independencia total de España. Así lo afir mó Domingo Amunátegui Solar que consideraba que como resueltos partidarios de la independencia absoluta de su patria, “sólo podría citarse sin incurrir en yer ro a dos personajes que se hallaban en este caso: don José Antonio de Rojas, en Santiago, y don Ber nardo O’Higgins, en Concepción” [1].
Camilo Henríquez fue muy crítico, en 1822, sobre el desarrollo de las ideas emancipatorias en la sociedad chilena:
- “[el] estado que tenían la opinión y las ideas en nuestro país en 1810. Era tan triste que la revolución tuvo que hacerse, y continuar por cuatro años, fundada en nuestra fidelidad a Fer nando VII. La palabra independencia habría sido entonces un escándalo para los pueblos. Aun la mayor parte de los patriotas más instruidos que dirigían la revolución, que se burlaban de la superchería del nombre de Fer nando, apenas tenían ellos mismos otro plan, ni sus miras se extendían a más que a sacudir el odioso yugo colonial” [2].
En junio de 1812, Bernardo O’Higgins escribió a su amigo Juan Florencio Terrada [3]:
- “Desde el 25 de mayo [de 1810] Uds. no han tenido otro objeto en mira que su separación de la España y la adopción de instituciones republicanas, pero en Chile ni vuestro tío [Juan Pablo Fretes [4]] ni Rozas ni yo mismo nos hemos atrevido a declarar abiertamente que tal ha sido nuestro v erdadero objeto desde el principio de la revolución” [5].
La carta, hecha pública por Vicuña Mackenna clarifica, al menos, dos hechos: la independencia de Chile era un contenido primordial en el ideario político del joven Bernardo, lo que unido a otros antecedentes que dejan en claro el papel de Francisco de Miranda en la adhesión a este principio [6], permite afirmar que era
independentista mucho antes de 1810. En segundo lugar, se hace
- ↑ Amunátegui Solar, Domingo. “El principio de la revolución de 1810 y el prog reso de la idea de emancipación”. En Colección de historiadores y de documentos relativos a la independencia de Chile, Tomo XXX, Dirección General de Prisiones, Santiago de Chile, 1939, p. LI.
- ↑ Amunátegui Aldunate, “Camilo Henríquez”. Tomo I. Imprenta Nacional, Santiago de Chile, 1889, p. 27.
- ↑ Militar argentino llegó a ser Ministro de Guer ra del gabinete de Buenos Aires en 1817. O’Higgins lo conoció en Cádiz y mantuvo correspondencia con él.
- ↑ Sacerdote paraguayo, tío de Florencio Terrada, que O’Higgins también había conocido en Cádiz en la casa de su tutor de la Cruz. Se avecindó en Santiago siendo nombrado Canónigo de la Catedral. Fue elegido al Primer Congreso como Diputado Propietario por Puchacai.
- ↑ Vicuña Mackenna, “El ostracismo del Jeneral...”, op. cit. p. 129.
- ↑ Bernardo O’Higgins: “Memorias útiles para la historia de la independencia americana” y “carta a Juan Mackenna”, Archivo Nacional, op. cit., Tomo I, pp. 26-29 y 61-69, respectivamente.