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Biblioteca del Congreso Nacional de Chile — 35
“donde se estudiaba la política de las naciones, dedicando lo más importante del tiempo en el arte de la guer ra. Y en las largas noches del invierno relataba a sus discípulos anécdotas de los héroes de la Revolución Francesa, reflexiones sabias para que ellos recordasen las defecciones que ensangrentaron y sofocaron en la cuna la libertad de que debía participar el mundo entero” [1].


Según lo indica O’Higgins, fue presentado a muchos de los más importantes amigos de Miranda en Londres, como el Embajador de Rusia, el Encargado de Negocios de los Estados Unidos, o su benefactor, el empresario John Turnbull.

La supuesta paz de Europa, a través de los Tratados de Basilea firmados en 1795 entre Francia y Prusia (5 de abril) y entre Francia y España (22 de julio), fue interpretada por el general venezolano como la circunstancia adecuada para dar inicio a las operaciones programadas en Londres con los americanos del sur. Según la memoria manuscrita por Bernardo O’Higgins, con esta intención partió él a España [2].

Posterior mente, nunca dejó de referirse a lo que había significado para su formación espiritual su estadía en Gran Bretaña.


“Educado en el suelo libre de Inglaterra —diría en su Manifiesto del 31 de agosto de 1820— se fortificó la inclinación a la Independencia, con que nacen todos en el clima de Arauco. Amando la libertad por sentimiento y principios juré cooperar a la de mi Patria, o sepultarme en sus ruinas” [3].


Muchos historiadores chilenos de este período de la vida de Bernardo O’Higgins, han reconocido la importancia de su encuentro con Francisco de Miranda y del rico aporte ofrecido por éste al ideario político del joven. A continuación se analizarán algunos principios de este ideario que influyeron en el Libertador.


El sentimiento antiespañol

En el joven Bernardo se descubre de inmediato un apasionado sentimiento antiespañol. En las citadas notas escritas bajo el epígrafe “Memorias útiles para la historia de la Revolución Sur-Americana” dice:


“[...] oyendo con un interés sagrado la historia, las relaciones y las empresas de su maestro, mira en él otro... [sic] y otro Washington, y cuando éste lo posesionó del cuadro de operaciones, se arroja en los brazos de Miranda bañado en lágrimas y le dice: —Padre de los oprimidos, si roto el primer eslabón de la cadena que en el Norte ha hecho aparecer
  1. Uslar Pietri, Arturo. “Los libros de Miranda”. La Casa de Bello, Caracas, Venezuela, 1979. Durante su per manencia en Europa, confor me con sus variados intereses, Francisco de Miranda reunió una gran cantidad de libros sobre las más diferentes materias. Los conservó en Londres, aun cuando viajaba a otros lugares, como París. Vendidos en dos subastas eran 1.851 títulos en 5.600 volúmenes. Había legado a la Universidad de Caracas los libros clásicos griegos: cuarenta y ocho títulos en un centenar de libros.
  2. Archivo Nacional, op. cit, Tomo I, p. 29.
  3. O’Higgins, Bernardo. “Manifiesto del Capitán General de Ejército Don Bernardo O’Higgins a los pueblos que dirige”, 1820. Memoria Política. Biblioteca Virtual. Disponible en: http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/documento_detalle.asp?id=MC0001629