Página:El Dilettantismo sentimental.djvu/191

Esta página no ha sido corregida
191
El Dilettantismo sentimental

llas del Nilo, el río bellísimo, el desierto líbico reverberante, magnetizado, cadáver cubierto por mortaja de luz viviente; la montaña llena de tumbas, de sepulcros, agujereada como avispero: la muerte y la vida estrechamente unidas desde la eternidad. Hoy esa muerte y esa vida han recibido la afrenta de la civilización moderna. El sepulcro de Ramsés VI, iluminado a luz eléctrica! Escarnio es el derramar sobre esas momias torrentes de luz artificial: para el antiguo egipcio la vida de ultratumba era sacrosanta.

"Un recinto fresco en un país ardiente y un reposo profundo": A esto tenían derecho los que habían entrado "e 'en otra tierra". Calificaban de "hospederías" a las habitaciones de los vivos, ya que en ellas sólo residían unos pocos días, y de "habitación eterna" a la de los muertos, puesto que los muertos viven en el "Amenthés" un tiempo ilimitado. De aquí que no se esmerasen en la construcción de sus casas, al paso que edificaron con extraordinario cuidado sus sepulturas. Tumbas y templos cubren todo el terreno no arable del Alto Egipto. Eligieron la montaña, por ser estéríl, en valle donde la tierra productiva tiene valor vital, y por no llegar hasta la altura las inundaciones periódicas del Nilo.

Reembarcado el viajero en Luxor, llega en el día al barraje de Esneh, así bautizado por su hermoso templo al que se va cómodamente a pie, después de atravesar curiosísima aldea. Síguese Nilo arriba hasta Edfou, cuyo templo, maravillosamente conservado, es de belleza tal que, si la ocasión se presentadebe visitársele por segunda vez a la luz de la luna o a la luz de antorchas y luces de bengala.

Recórrense, al siguiente día, las canteras de Silsi leh, ocultas en estrecha y pétrea garganta. Vense, frescas aún, las marcas reales: el sello de los faraones de diversas dinastías.

Próximos a las canteras, en la montaña, está el