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El Dilettantismo sentimental

novela, cuán inútil es tratar de convencer de la urgencia de esa reforma a espíritus saturados de prejuicios religiosos, morales y sociales. Ella, una de las "inujeres representativas" por su inteligencia e ilustración, tiene que dejar caer estérilmente sobre su psiquis esas verdades como la tierra arcillosa, impermeable, tiene que dejar caer estérilmente sobre ella una lluvia torrencial.

Sin duda alguna, esos mismos prejuicios serán fuerzas contrarias que habrá que desviar y utilizar en la futura escuela. Mucho habrá que podar, que injertar, que cultivar; muchos esfuerzos fracasarán.

Pero, en cambio, con qué noble orgullo verá revivir el maestro un hijo intelectual en cada alumno salvado!

La futura encarnación del ideal en materia educativa no se limitará a hacer integral el ciclo, partiendo de la base "escuela del Estado", única, obligatoria para todos, sin excepción; laica, bajo el régimen de la coeducación que la transformará en hogar—social, engendrador, a su vez, de la educación e instrucción sexual; no se detendrá en cerrar el ciclo integral haciendo que los alumnos universitarios apliquen lo aprendido elevando al pueblo al instruirlo por medio de conferencias sistematizadas; ni se conformará con dictar la "cátedra de humanidad" en forma de institutos de puericultura, estirpicultura y maternología, anexos a los colegios; o con instalar al niño y al obrero de acuerdo con las necesidades vitales — egoísmo bien entendido, única y real virtud. La educación integral no se detendrá ahí: como para todo lo dotado de vida, el progresar será su ley.

Entonces comenzará a preocupar a la escuela, científica y humanamente, el problema de los sexos