Página:El Cancionero de Borinquen.pdf/140

Esta página ha sido corregida
―128―

Entonces las avecillas,
De ti, flor, enamoradas,
En tus hojas matizadas
Buscaron dulce solaz.
Y el céfiro enamorado
Tu verde tallo mecia
Y tierno beso imprimia
En tu encantadora faz.

Y todos, ¡oh flor hermosa!
Todos ¡ay! te contemplaban,
Y estáticos te miraban
Que eras reina del pensil.
Mas ¡ay! quién, quién te diria
Que el sol que bañó tu cuna
Vendria con luz importuna
A deslumbrar tu matiz?....

Risueña te levantaste
Al cantar del ruiseñor,
Risueña, flor, te ostentaste,
Y en su canto disfrutaste,
Que era su canto de amor..