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LEOPOLDO LUGONES

Mahaud est aujourd'hui marquise de Lusace.
Dame, elle a la couronne, et, femme, ene a la gráce.


—De quién son esos versos?—preguntó Suárez Vallejo, complacido por el acierto de la cita.

—Pero de Víctor Hugo...en Eviradnus.

—Es que esta señorita, dijo riendo Efraim que en ese momento entraba, no lee sino poemas formidables.

—Lo que yo admiro es la memoria para retenerlos, afirmó el otro. Eso andará por los mil alejandrinos.

—Pero yo no me lo sé de memoria. No retengo de lo que leo sino algunos versos, que se me quedan como si los hubiera sabido. En ésos habrá sido, tal vez, por lo curioso del nombre, añadió dirigiendo a doña Irene una sonrisa intencionada.

—Cómo se dirá Mahaud en castellano?—preguntó la aludida.

—Creo que Mafalda, dijo Suárez Vallejo. O Matilde, que es lo usual.

—Pero Toto, insistió Luisa, es injusto con eso de los poemas formidables. De leer, claro, me gusta elegir lo mejor...

—En el género heroico.

—No, Toto, no exageres. Ayer, no más, me viste entusiasmada con aquellos preciosos versos de Francis Jammes...

—Es verdad; pero porque hablaban de la muerte: el otro tema preferido:


...la mort aux paleurs d'aube,
Qui dans ses mains de cire a des légers lilas.