echado todo atrás, sin raya alguna, salen de los lados dos enormes cocas, que sujetan con alambres por dentro; el topo se separa más de un palmo de la nuca, y le forma todo el pelo de la mata, saliendo como el espolón de un buque de guerra, y el del cogote, subiendo á enlazarse con aquel: un cordón de pelo retorcido baja desde la parte alta y posterior de la cabeza hasta el vértice de aquel ángulo agudo, y multitud de broches y alfileres sujetan, con el auxilio de la goma, tan complicado aparato, al que dan el nombre de peinado del ave de la inmortalidad. Y esta denominación me sugiere una explicación más exacta del efecto que produce este tocado. Córtale á una gallina el cuello y las patas, ábrela por la pechuga, encájasela en la cabeza á una china por esta abertura, ábrele las alas en toda su extensión, que son las cocas, y adereza el topo de manera que quede formando la cola. Es idéntico hasta en sus proporciones.
Por decreto de no sé qué emperador, cierta gente de mar está proscrita de la tierra, y por consiguiente no puede habitar más que en sus embarcaciones. De modo que el champan es el estrado, la cocina, el dormitorio, la pagoda, la cuna y el lecho de muerte de sus moradores; allí nacen, viven, rezan, se reproducen y mueren.
Las madres, consagradas á sus tareas, no pueden atender muy asiduamente á sus hijos; así es que para trabajar desembarazadamente, se los echan á la espalda, sujetándolos con un como pañuelo de lana, al que va sentado el rapaz y del que penden cuatro correas, que se ajustan como cinturón y como tirantes en las caderas. Esto, si el infante es aún mamón; pues apenas anda, ya se bandea por su cuenta; y la única precaución que se toma es atarle un cordel á la cintura para pescarle cada una de las veinte veces que al día se cae al agua: algunos añaden corchos ó vejigas, para que flote el náufrago; pero no es de rigor, en