Página:El Anacronópete - Viaje á China-Metempsícosis (1887).pdf/130

Esta página ha sido corregida
126
enrique gaspar

¿Pues no dicen que los chinos llevan coleta? ¿Cómo es que estos son rabones?

—Porque los celestiales—le contestó don Sindulfo—conservaron su integridad capilar hasta el siglo xvii en que, vencidos por los tártaros mandchures, éstos les obligaron á dejarse crecer en la cabeza un como rabo de perro en señal de esclavitud.

—Me lo estudiaré—dijo gravemente la de Pinto, sentándose á una indicación del calado.

Terminado el ritual de las salutaciones, el emperador interrogó á los viajeros acerca de su origen y del objeto que los conducía á su presencia; á lo que Benjamín respondió que eran habitantes de la región occidental; que vivían en una época mil seiscientos años posterior á la suya, y que, poseedores del secreto de retrogradar en los siglos, acudían á Ho-nan para inquirir el principio de la inmortalidad predicado por los Tao-ssé y poder, perfeccionándolo, abrir al hombre las puertas del porvenir como ya le tenían abiertas las del pasado.

Hien-ti cruzó con su valido una mirada de inteligencia. Para ellos era indudable que los excursionistas pertenecían á la secta derrotada de los embaucadores que con tan inverosímiles relatos trataban sin duda de alucinar á la corte y al pueblo, para renovar las luchas de los gorros amarillos. Su sentencia de muerte estaba tácitamente dictada desde aquel instante, si bien el arrobamiento con que contemplaba las facciones de ambas doncellas parecía presagiar en su favor una conmutación de la pena capital.

—¿Y qué pruebas podéis aducir que nos dén testimonio de vuestra veracidad?—adujo el monarca á fin de conocer los subterfugios de que los impostores pensaban servirse para cohonestar sus afirmaciones.

—Señor—repuso Benjamín.—Tarea fácil ha de sernos la de convencer á V. M. con sólo presentarle alguna pequeña muestra de los progresos operados por