la desventurada familia, y la profunda gratitud con que ella inspiraba á Poe, y los que eran caros, podrá ser apreciada por esta pequeña esquela : —
mucho dolor. Quiera Dios concederla vida hasta que vea á Vd., y la dé las gracias una vez mas. Su corazón está lleno hasta desbordarse — como el mió — con una ilimitada — indecible gratitud hacia Vd. Con el temor de que no podrá volverla á ver jamás — me pide que la diga que le envía su mas cariñoso beso de amor y que morirá bendiciéndola. Pero venga — oh! venga mañana! Sí, voy á estar tranquilo — de todos modos como Vd. tan noblemente quiere verme. Mi madre también la manda su mas afectuoso amor y agradecimiento. Me pide que suplique á Vd., para que, si fuese posible, haga arreglos en su casa de modo que pueda quedarse con nosotros mañana á la noche. Adjunto la orden para la Administración de Correos.
“Que el cielo la bendiga y adiós.
El mismo dia en que estas lineas fueron escritas visitó la señora Shew la cabaña, pero poco después la dejó, para ir á buscar ciertos auxilios para la esposa enferma. Cuando se despedía la señora Shew, la enferma tomó de debajo de su almohada un retrato de su esposo y se lo presentó á su bondadosa amiga, *[1] junto con una caja-alhajera que había pertenecido á la madre del poeta, y que él había conservado religiosamente á través de todas sus vicisitudes. También la pidió á la señora Shew que leyera una vieja carta gastada por el uso, y el fragmento de otra , de la segunda muger del padre
- ↑ Posteriormente robado á la señora Shew. — J. H. I.