Goethe habla con gusto y a menudo. Desea que lo traduzcan al francés, al estilo de Masot. Le conside- ra como la fuente de donde Byron ha sacado el am- biente del Manfredo. A Goethe le parece que By.. ron ha hecho grandes progresos en sus dos últi- mas tragedias, pues en ellas se presenta menos sombrío y misántropo. Luego hablamos de la le- tra de La flauta encantada; Goethe ha escrito la continuación, pero no ha encontrado aún un compositor adecuado. Confiesa que la conocida primera parte está llena de inverosimilitudes y chistes que no todos saben entender y apreciar; pero, en todo caso, hay que conceder al autor que ha conseguido dominar en grado sumo el arte de manejar los contrastes y de producir grandes efectos teatrales.
Miércoles 15 de abril de 1823. *
Por la noche, en casa de Goethe, con la conde- sa Carolina Egloffstein. Goethe se burló del al- manaque alemán y de otras publicaciones perió- dicas, todas penetradas de un sentimentalismo ridículo, que parecía estar a la orden del día. La condesa advirtió que los novelistas alemanes habían comenzado por pervertir el gusto de sus numerosos lectores; pero que ahora eran los lec- tores los que pervertían a los novelistas, que si querían encontrar editor tenían que conformar- se con el mal gusto dominante en el público. Classes Exp