Mas éste es el mayor daño que pueda sufrir un talento, aunque la literatura en general acabe por sacar provecho de esta nueva dirección."
"Mas ¿cómo es posible-repliqué-que sea fa- vorable a la literatura en general una tendencia que aniquila a los talentos individuales?
"Las exageraciones y degeneraciones que he in- dicado replicó Goethe-desaparecerán gradua!- mente, y, al cabo, la literatura habrá obtenido la ventaja de que, junto con una forma más libre, dis- pondrá de un contenido más rico; ya no podrá tacharse de antipoético ninguno de los temas que ofrece el amplio mundo y la vida infinitamente varia. La época literaria actual puede compararse a un estado de fiebre aguda, el cual no es en sí bueno ni deseable; pero produce como consecuen- cia una salud mejor. Aquellas cosas perversas que constituyen hoy a menudo la exclusiva mate- ria de una obra poética, en lo sucesivo sólo en- trarán en ella como ingredientes que contribuirán a sazonar la obra. Y lo puro y noble, que ahora se ha desterrado en absoluto, se buscará después con ansia tanto más viva."
"Me extraña-noté que el mismo Mérimée, que es uno de sus poetas favoritos, haya entrado tam- bién en esa corriente ultrarromántica con las esce- nas terroríficas de su Guzla."
"Mérimée-replicó Goethe-ha tratado estos te- mas de muy diversa manera que sus compañeros. Es verdad que en sus poemas no faltan toda clase de motivos terroríficos, cementerios, encrucijadas