rable, y que evita toda frase sentimental porque le basta la simple expresión de los acontect- mientos.
"Además, el amor-agregué-nunca es igual; es siempre original, y se modifica según el carác- ter y la personalidad de aquellos a quienes amamos."
"Tiene usted razón-replicó Goethe, pues el amor no sólo lo somos nosotros, sino también el objeto amado, que nos atrae. Y luego, no hay que olvidarlo, aparece como un tercero poderoso lo demoníaco, que suele acompañar a toda pasión y que tiene en el amor su elemento propio. En mis relaciones con Lilí se mostró particularmente activo; imprimió una nueva orientación a toda mi vida, y no exagero si digo que mi venida a Weimar y mi estancia en esta ciudad fueron una consecuencia inevitable de ello."
Sábado 6 de marzo de 1830. *
Goethe lee desde hace algún tiempo las Memo- rias de Saint-Simon.
"Me he detenido ahora-me dijo hace unos días en la muerte de Luis XIV. Hasta aquí me ha interesado mucho los doce tomos que llevo leídos, principalmente por el contraste entre la voluntad del señor y la virtud aristocrática del servidor. Pero desde el momento en que ha des- Code News Cayma