Página:Eckermann - Conversaciones con Goethe - Tomo III (1920).pdf/254

Esta página no ha sido corregida
252
 

no puede buscarse, es inútil afanarse en perse- guirla. Una persona puede llegar a hacerse un nombre por su conducta razonable y empleando toda suerte de artificios; mas si carece de la ri- queza interior necesaria, su renombre es vano y flor de un solo día.

"Lo propio ocurre con el favor del pueblo. El gran duque no lo buscaba ni adulaba a la gente; pero el pueblo lo amaba porque sentía que era su amigo cordial."

A continuación, Goethe pasó revista a todos los miembros de la familia reinante, e hizo notar cómo todos ellos tenían un carácter noble. Habló de la bendad del actual regente, de las grandes esperanzas que podían ponerse en el príncipe he- redero, y se explayó con visible afecto, ensalzando las raras cualidades de la princesa, que actual- mente nos rije, que emplea grandes medios para aliviar grandes dolores y despertar buenos gérme- nes. "Siempre ha sido un ángel para su país —dijo, y lo será cada vez más a medida que vaya ligándose más íntimamente a él. Conozco a la gran duquesa desde 1805, y he tenido multi- tud de ocasiones de admirar su grandeza de es- píritu y su carácter. Es una de las mujeres mejo- res y más grandes de nuestra época, y lo sería aunque no fuese princesa. Y eso es digno de esti- mación; aun desposeída de la púrpura, le quedaría mucho grande, le quedaría propiamente lo mejor."

Luego hablamos de la unidad de Alemania y en qué sentido era posible y deseable. Hices a