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PEDRO ECHAGUE

Cruzar las pampas desiertas, escalar un alto cerro, procurar senda encubierta, seguir del asno el cencerro

a toda hora y planta abierta.

Es para el indio una gloria; su aspiración limitada

no hace del mundo memoria, y de su origen e historia

si algo sabe, le va nada.

Con tal que su bolsa se halle

de coca y chuño (1) provista, no importa que en monte o valle el sol se oculte a su vista

hasta que otra aurora raye;

Que si la noche le avanza y extraña y pierde la huella, no ha de pe"der la esperanza quien ya tie. por usanza seguir por norte una estrella.

Cual la nación impedida

de la gracia del Señor

y condenada en la vida

a errar y viandar perdida de la tierra en derredor;

Tal del imperio del Inca

la progenie hereditaria,

hoy en su país mercenaria salva el valle, al monte brinca, ¡siempre andando solitaria!!

Pero aquí, fué la opresión quien tanto en tal raza pudo, que no hay humano en razón si el depotismo sañudo

lo subordina en su acción.

Y de ese imperio precioso

la familia sucesora,

es un resto al mundo ocioso

que nada conserva honroso

de cuanto hubo allá en su arora.

Quien fuera el indio a entender por esta caterva omisa, fuera igual a resolver qué madera pudo arder juzgada por su ceniza.

(1) Los indígenas llaman chuño a la papa curtida por la nieve y

pisoteada, Es un alimento fuerte; 6 papas de éstas,

yen, para un indio, alimento de un día,

cocidas,

constitu-