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PREFACIO

¡Las presentes páginas relatan los hechos más pronunciados en la vida de una mujer, cuyo natural temperamento y varoniles inclinaciones, se desarrollaron en la atmósfera libre de los cam- pos, familiarizándose así, desde la infancia, con el espectáculo y con las fuerzas de la naturaleza.

La Chapanay fué personalmente conocida de muchos hijos distinguidos de la provincia de San Juan; y el relato oral de sus hechos se propagó por toda la República. Encarnaba esta ex- traordinaria mujer, un tipo especialísimo, que merece ser recor- dado, no solo por sus singularidades físicas, sino también porque se ha incorporado a las leyendas de la región andina; es decir, al fondo de esa poesía romancesca y popular, que refleja en cada país el alma de las multitudes. Por otra parte, su actuación se desenvolvió en un medio material y moral que la civilización ha ido transformando, y es bueno fijar las características de aquel medio, siquiera para apreciar mejor, por comparación, en el pre- sente y en el futuro, los progresos que va alcanzando la república.

Por último, el carácter, la personalidad de la heroína, es inte- resante de por sí. ¡En la primera parte de su vida no fué pre- cisamente una ladrona, sino una sometida al banáolero con quien vivía. Cuando se emancipó de él, se entregó al bien, y hay sin duda una gran nobleza en ese gaucho-hembra que se convierte en una especie de Quijote de las travesías cuyanas, primero, por natural honradez, y luego por su afán de redimirse de cuipas anteriores. Su historia, mezcla tal vez de realidad y de imagi- nación, está, de todos modos, referida en este libro, tal como el autor la recogió de labios de algunos que la conocieron, y de la tradición local. -No se han formado de otro modo los roman- «ces y las gestas de grandes literaturas.

¡Ha creído el autor que no debía insistir demasiado en el em- pleo del lenguaje rústico al escribir esta historia, a fin de no recargarla con barbarismos idiomáticos. Hace, pues, hablar con- vencionalmente a sus personajes, un lenguaje que no es el suyo, intercalando aquí y allá expresiones populares, al solo objeto de agregar de vez en cuando una nota pintoresca.

P. E.