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Pedro Echagüe

habló de él en "Los Proscriptos". A decir verdad, el distinguido polígrafo no hace sino referencias titulares a los libros que aquí se publican bajo el nombre de "Memorias y Tradiciones", y que acaso no haya tenido ocasión de conocer. Pero su mención del nombre del autor en la "Historia de la Literatura Argentina", ha sido el punto de partida del movimiento reparador que recientemente se ha iniciado en torno de aquél; movimiento al cual se asocia La Cultura Argentina, haciendo honor a los propósitos y al nombre que lleva.

Es llegado el momento de afirmar con los textos a la vista, como Mitre y Andrade lo afirmaron a su tiempo, que la obra literaria de D. Pedro Echagüe tiene un incontestable valimiento. Sus "Mártires Argentinos" y sus "Apuntes de un proscripto", son la historia vivida y psicológica de toda una generación de argentinos — acaso de la más idealista, generosa y heróica que después de la de la Independencia haya producido nuestro pueblo —. Su novela "La Charanay", es a la novela nacional, lo que el drama "Rosas" es a nuestro teatro: una pieza fundamental, un punto de iniciación, una fuente madre.[1] La lectura del presente tomo mostrará el martirologio de los unitarios, la miseria errante de los proscriptos y el idealismo inextinguible de unos y otros; todo ello bajo las formas vivientes y emocionadas de las "Memorias", que tienen el valor testimonial de la historia, sin su frialdad expositiva. Se trata, pues, de arte de la mejor ley; del que extrae substancia de su propio dolor, como quería Musset.

Por lo que se refiere a "La Chapanay", se verá que es este uno de los libros más genuinamente nacionales con que cuente nuestra literatura. Ambiente, personajes, costumbres, paisajes, sentimientos, todo eso se deriva en él de nuestra geografía física y humana. Aquel gaucho-hembra, especie de Quijote de las travesías cuyanas, según lo clasifica el propio autor, viene a ser un retoño indígena,— nacido tal vez en la imaginación popular, y por lo mismo rico de significado artístico y folk-lórico — del Caballero de la Triste Figura que, como la Chapanay en los yermos de San Juan, defendió caminantes en las llanuras de Castilla. Fúndense en él el sentimiento religioso y el caballeresco. Y pasa, jinete en su mula por nuestros campos desolados, que el autor evoca en vastas visiones panorámicas, socorriendo menesterosos y desfaciendo entuertos. Si para llamarse nacional una obra literaria ha de nutrirse en la tradición espiritual de una raza, reflejando al mismo tiempo los accidentes del medio físico y moral en que ella vive, declaro que no conozco novela más profunda y al mismo tiempo más pintorescamente nacional que "La Chapanay" ¿Lo comprenderán al fin así los críticos e inventariadores de nuestros orígenes literarios?

Prolongación y accidente de los "Apuntes de un proscripto" la novela corta "Amalia y Amelia" que encierra este tomo, es un relato de savia trágica, comparable a la historia de los Atridas, según observa el mismo Echagüe. Reaparece allí el autor dramático que compuso "Rosas", influenciado por la truculenta es


  1. Véase, con respecto al significado histórico y artístico del teatro de Echagüe, el excelente estudio que de él ha hecho el Dr. Ataliva Herrera en un folleto titulado "Un precursor del teatro argentino" (Bs. Aires 1922).