tardes y las buenas noches, ahora provistos sus miembros de la indumentaria ceremonial. Estos saludos, así cono los de la primera presentación, constan de cánticos de entrada y de retinada.
El sábado prosiguen las ofrendas coreográficas y musicales desde las primeras horas de la madrugada, con los consabidos buenos días y al rayar el alba iníciase la celebración de misas, mantenida durante toda la mañana. Hacia las 16 hrs. reaparecen las buenas tardes, prolongadas hasta el anochecer por las numerosas compañías asistentes, para dar paso a una procesión que dura poco más de una hora, y en cuyo trascurso la Virgen es iluminada con linternas. Los himnos de buenas noches marcan el final de esta etapa.
El domingo nos ofrece una multitud enfervorizada y compacta. Los protagonistas continúan siendo los danzantes, que cumplen la misma secuencia del ritual de los días anteriores, pero con el agregado de la interpretación de la Canción Nacional a cargo de todas las bandas,