prolongada trayectoria histórica en nuestro suelo, y su alcance social como vehículo de cantos y bailes folklóricos, profanos y religiosos, le otorgan derecho para ser incluido en la sección organográfica del programa de Educación Musical, en los niveles secundario y universitario. En el terreno de la difusión de las costumbres tradicionales, podría enriquecer al repertorio instrumental, aportando sus peculiares recursos timbrísticos y su condición de cordófono frotado, hasta ahora subestimada por parte de los estudiosos y divulgadores de nuestro folklore.
Según lo expuesto en cuanto a su vigencia, cabe temer una rápida extinción del rabel. Si pudiera vinculárselo, como antaño, a la práctica del verso, género que se halla en decidido proceso de revitalización, recuperaría parcialmente su fuerza funcional, como ya ha pasado en los últimos cinco años con el no menos arcaico guitarrón, en el departamento de Punte Alto, provincia de Santiago. De este modo, volvería a ponerse en marcha la actividad de su artesanía, totalmente abandonada en el último tiempo.
Documentalmente, la existencia del rabel en Chile está registrada por primera vez en 1655, con motivo de los funerales de La Quintrala, lo que permite suponer que la introducción de este instrumento data de los albores de la conquista española. El eminente musicólogo Carlos Lavín concuerda con la aceptación universal de las fuentes arábigas de nuestro violín tricordal, cuyos orígenes específicos se entroncan con el primitivo y morismo rebab, pero añade el influjo de la corriente celta, a partir del siglo V, materializada en el denominado crouth, de tamaño escasamente mayor que el del rabel, y con un pie del puente introducido en la caja hasta afirmarse en la cubierta inferior, desempeñándose como alma organográfica, apta para aumentar la cavernosidad del sonido. Si bien predominan en Chile los de ascendencia asiática-hispánica, encontramos valiosos representantes de la promoción céltica del norte de Europa.
Bibliografía
"Diccionario de la música Labor". Ed. Labor, S. A. Barcelona, 1954.
Pedrell, Felipe. "Organografía musical antigua española". Juan Cili. Barcelona, 1901.
Lizana,