Fiscal, El.
Folk.
Vecino de una capilla nombrado ad honorem por el cura párroco, para que se ocupe de la conservación de ella y de los objetos del culto. Debe, también, fomentar el espíritu cristiano, interviniendo en la dirección de rezos periódicos, en la organización de procesiones, y llamando al sacerdote cuando lo estime necesario, a quien reemplaza en la administración del bautismo y en el auxilio a los moribundos. Por consiguiente, como tipo folklórico equivale al fabriquero nortino, con la diferencia de que éste, en la mayoría de las ocasiones, por motivos étnicos e históricos, no guarda una sumisión tan fuerte a la autoridad eclesiástica como el fiscal, pues comparte sus creencias católicas con las ancestrales aborígenes.
El personaje en cuestión dispone de la ayuda de un sotafiscal, en quien puede delegar funciones. Ambos utilizan sendos estandartes en las ceremonias locales, gozan de concesiones religiosas especiales y mantienen sus cargos por muchos años, hasta su receso voluntario o solicitado por el cura, habitualmente debido a la vejez.
En algunas capillas cuenta, además, con la cooperación del patrono y de los vicepatronos, la que se justifica cuando hay una cantidad apreciable de imágenes