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Glosa, La.

Folk. Especie musical.

Miembro de la familia tonada en razón de sus caracteres musicales. El nombre obedece a una arcaica conservación de procedimiento glosadores, parcial o completamente desarrollados a través de cuartetas. Según el empleo de dichos procedimientos hallamos las siguientes clases de glosa:

a. la perfecta, subdividida en la compuesta por la repetición de los versos de la cuarteta de cabeza, una cada vez, en el mismo orden, al final de las estrofas glosadoras - también poseedoras de la misma estructura - y en la constituída por la repetición invariable de un verso básico como el último de onda cuarteta, sin sujeción, con la anterior, a una unidad inicial subordinadora.

b. la imperfecta, que acusa residuos de métrica glosada.

c. la falsa, desprovista del todo de elementos glosadores y cuya errónea denominación no es más que el producto de una falta de discriminación de caracteres literarios y de una interferencia de similitudes musicales, de acuerdo estas últimas con su pertenencia a la ya aludida familia tonada, al extremo que esta vez se emplea en ciertas ocasiones como sinónimo de glosa. Explicables resultan estos equívocos sobre la base de la carencia de cualquier acepción, diferenciadora de otras formas cantadas por parte de sus cultores, quienes sólo continúan el término debido a motivos tradicionales puramente empíricos.

Observese un ejemplo de cada modalidad del tipo a.:

En los jardines del cielo
se ha marchitado una flor,
el día de las tres horas
que murió nuestro Señor.

Enlutada la han pasado
y haciendo un crecido duelo,
al ver una flor marchita
en los jardines del cielo.

Angeles y serafines
lloraban con gran dolor:
el día de viernes santo
se ha marchitado una flor.

Al pie de la cruz estaba
llorando nuestro Señor,
viendo su Hijo agonizante
el día de las tres horas.

Lloraban los inocentes
la tierra tembló de horror,
en aquel penoso día
que murió nuestro Señor.


Despedida.

Señores y señoritas,
claveles voy repartiendo,
para su noble compañía,
la patria y el mundo entero.

Rosita tiene en el huerto
que dé dos clases de rosas,
entre medio de ellas nace
un clavel que se deshoja.

Cuando salgas a los campos
no te asustes ni te enojes:
que es un agua cristalina
y un clavel que se deshoja.

Del tronco nacen las ramas
y de las ramas, las hojas,
y entre medio de ellas nace
un clavel que se deshoja.

Señores y señoritas,
disculpen mi mala voz,
mientras más cuidado ponga
parece que lo hago peor.

Estos textos y los demás que circulan bajo el mismo nombre genérico, aceptan distintas clases de estribillos, a voluntad de sus intérpretes, comprobándose en ellos temática religiosa y profana, pero con notable predominio estético y numérico de la primera. Tanto en uno u otro paso, su canto sólo compete al elemento femenino, con exclusivo acompañamiento de guitarra.

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